Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre.

Siempre me gusta destacar y reiterar el hecho de que las soluciones tecnológicas son una herramienta y no un fin en sí mismas. Las empresas tenemos el reto de medir los impactos que el uso de estas soluciones provoca en nuestros indicadores o métricas de negocio y aprovecharnos de las mismas para poder tomar mejores decisiones y establecer estrategias de mejora continua.

Dos de los principales retos de toda estrategia de transformación digital que se precie, son la mejora de la eficiencia de procesos, y el ahorro de costes directamente derivado de la misma.

En ese sentido, me gustaría destacar el papel protagonista que desempeña el contar con una adecuada estrategia de selección e implantación de soluciones de gestión empresarial.

Dentro del amplio abanico de este tipo de soluciones, considero como elemento nuclear un sistema ERP capaz de acompañar a la empresa, no solo en sus necesidades actuales, sino en aquellos planes estratégicos que se hayan planteado a largo plazo (internacionalización, crecimiento geográfico, diversificación, etc). El ERP debería ser entendido, por encima de otras posibilidades, como el repositorio central donde todos los datos relevantes a nivel empresarial, son almacenados para su control y medición,  para aplicar procesos de mejora continua tras el análisis de los resultados en función de nuestros objetivos.

Tanto es así, que el proyecto de implantación o sustitución de un ERP en una empresa, es una decisión estratégica, que afecta a todos los procesos de una compañía y que por tanto debería plantearse como una oportunidad única para revisar y mejorar dichos procesos. Es decir, el impacto de mejora en eficiencia, lo debemos obtener desde el mismo momento en el que realizamos el ejercicio de plantearnos esta necesidad.

Si bien es cierto que debemos considerar al ERP como principal centro de operaciones si queremos una estrategia de soluciones escalable y de dato único, no lo es menos el hecho de que existen soluciones complementarias que nos pueden ayudar a enriquecer sus capacidades, en ese camino hacia la eficiencia. Soluciones específicas para ámbitos como las finanzas, la gestión avanzada de logística, los softwares específicos para sectores como retail, hoteles, o las aplicaciones orientadas a la industria 4.0, son algunos de los ejemplos de soluciones que debemos valorar para lograr nuestro objetivo último: una empresa más eficiente, más automatizada y con un control absoluto de sus operaciones y costes. El detalle fundamental es el matiz de que debemos abordarlas como soluciones que completan al ERP, y nunca como islas independientes de información.

En esa línea, considero que las empresas debemos interiorizar que el cambio al que nos enfrentamos es más cultural que técnico. De nada nos van a valer las “mejores” soluciones del mercado, si seguimos haciendo las cosas como siempre. Por tanto, en mi opinión, cobra mucho más sentido basar nuestras decisiones de incorporar soluciones, a la par que incorporamos procesos formativos para preparar a nuestros colaboradores a estas transformaciones de gran calado en procesos.

Afortunadamente nos encontramos cada vez con más empresarios que tienen muy claros los principios anteriores y que por tanto son capaces de “evangelizar” en sus propias empresas, la necesidad inaplazable de incorporar Soluciones de gestión empresarial a toda la cadena de valor de la compañía. Es en estas empresas, donde observamos círculos virtuosos de mejora y donde la inversión de cada euro en tecnología, redunda en múltiplos en los resultados.

Entrando en algunos ejemplos concretos que me gustaría destacar, donde nuestras soluciones logran acelerar la eficiencia, impactando directamente en la cuenta de resultados, podemos enumerar:

Finanzas: Automatización y control de procesos (procesos de cobro/pago, conciliación y contabilización automática, ahorro de costes bancarios, procesos inter-compañía, posición tesorera, control presupuestario

Operaciones: Automatización de procesos logísticos (SGA´s), automatización y optimización de procesos de producción (herramientas para planificación/secuenciación, seguimientos y control en planta, conexión directa con máquinas y control via indicadores de ahorro de costes de producción, etc)

Procesos comerciales: optimización y control de la fuerza de ventas/marketing (CRM), interconexión con portales e-commerce B2B/B2C, catálogos digitales, etc.

Desde Verne Tech no solamente queremos acompañarte implementando las mejores herramientas del mercado, sino en ese camino de cambio cultural estratégico que estamos convencidos que debemos abordar todas las empresas, si queremos poder seguir siendo competitivas en el nuevo escenario económico global. Para ello contamos con los mejores profesionales que podrán recomendaros las acciones más efectivas para, en función de cada situación, acelerar la digitalización de vuestros negocios.

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