La Inteligencia Artificial comienza a entrar en su periodo de madurez como tecnología habilitadora de la transformación de procesos, y es cada vez más habitual su presencia en todo tipo de escenarios, aplicaciones y negocios. Los Modelos de Machine Learning hace ya tiempo que han abandonado el mundo académico y de investigación para entrelazarse y convivir con nosotros en nuestro día a día.
En los tiempos de pandemia que nos tienen angustiados en estos momentos, estas técnicas están en las noticias día sí y día también, ayudando en diferentes ámbitos. Sin ir más lejos, se está intentando detectar a asintomáticos de Covid-19 analizando grabaciones de toses a través del teléfono móvil, como podemos ver en este documento, publicado en el IEEE Journal of Engineering in Medicine and Biology.
Los autores afirman haber analizado más de 70.000 grabaciones, que suman alrededor de 200.000 toses, uniendo a unas 2.500 de ellas con pacientes asintomáticos confirmados con Covid-19. Los resultados iniciales arrojan unas métricas prometedoras, puesto que el modelo ha sido capaz de identificar un 98.5% de las personas confirmadas con Covid-19, y, entre ellos, ha sido capaz de detectar todas las toses asintomáticas. En estos momentos están intentando incorporar el modelo a una app sencilla de utilizar, para poder así desplegarlo de forma masiva.
Otro estudio interesante, es este de un equipo de ingenieros del MIT, que ha desarrollado un modelo que utiliza datos de la pandemia Covid-19 junto con una red neuronal para determinar la eficacia de las medidas de cuarentena y predecir mejor la propagación del virus. La mayoría de los modelos utilizados para predecir la propagación de una enfermedad siguen lo que se conoce como el modelo SEIR, que agrupa a las personas en “susceptibles”, “expuestas”, “infectadas” y “recuperadas”. En este modelo los autores mejoraron el modelo SEIR entrenando una red neuronal para capturar el número de individuos infectados que están en cuarentena y, por lo tanto, ya no propagan la infección a otras personas. Utilizando este modelo, el equipo de investigación fue capaz de establecer una correlación directa entre las medidas de cuarentena y una reducción en el número de reproducción efectiva del virus.
En España existen también iniciativas, tanto públicas como privadas, que intentan utilizar la Inteligencia Artificial en diferentes ámbitos relacionados con el virus. Por ejemplo, el Hospital Clínico de Barcelona, junto con el Centro Nacional de Supercomputación, están iniciando un proyecto para el análisis de más de 3.000 episodios de Covid-19 pertenecientes a unos 2.440 pacientes atendidos durante esta segunda fase de la pandemia. El proyecto se enmarca en el Plan de Impulso de las Tecnologías del Lenguaje de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial. En estos momentos, se está intentando involucrar a más hospitales españoles para disponer de más muestras que permiten mejorar el modelo o el desarrollo de otros paralelos. Pero ¿cuál es el objetivo de este proyecto? Concretamente, se busca intentar predecir la evolución de los pacientes, para poder anticiparse al virus y evitar que determinados pacientes empeoren. Sin embargo, este proyecto destaca porque adicionalmente a este problema, primero hay que resolver el inicial de interpretar los informes médicos rellenados por los facultativos en condiciones de las que todos somos ya conscientes. Y para ello, se utilizará también Inteligencia Artificial, concretamente técnicas de procesamiento del lenguaje natural (NLP por sus siglas en inglés), por lo que el reto es doble, empleándose la Inteligencia Artificial en ambos casos.
Como reflejan estos ejemplos, que no son más que una pequeña muestra, no existen barreras tecnológicas para la utilización de técnicas de Inteligencia Artificial, en escenarios que pueden ayudar a hacernos la vida mucho más sencilla, y que tengan un impacto directo, en este caso, en nuestro bienestar. Con un mínimo de rigor durante todo el proceso (desde la recogida de datos, hasta su explotación, pasando por todas las técnicas utilizadas para su tratamiento) es posible hoy en día conseguir resultados excepcionales utilizando técnicas de Inteligencia Artificial.
Pero ¿qué hay del futuro?
Algún día, más pronto que tarde, saldremos de esta incertidumbre en la que estamos sumidos, y está claro que no saldremos igual. Llevamos tiempo ya discutiendo sobre si los avances tecnológicos vendrán a sustituir trabajos de hoy en día, y el impacto que este tipo de soluciones tendrán sobre las personas será más dañino que beneficioso. El pequeño comercio parece abocado a la desaparición, después de años de intentar sobreponerse a las grandes superficies o el comercio electrónico, esta pandemia ha venido a darle la puntilla. Debemos de ser conscientes, que, en muchos escenarios, esta pandemia no ha hecho más que aflorar problemas latentes de determinados modelos de negocio, relacionados con nuestros cambios de hábitos durante los últimos decenios, que se han producido a tal velocidad, que no nos ha permitido pararnos a analizarlos. Pero no quiero hacer aquí otro discurso sobre los necesarios cambios de modelos productivos o similar. Únicamente me gustaría hacerle ver al lector, que la tecnología no solo está entre nosotros para desplazarnos ni obligarnos a cambiar nuestro modo de vida, sino que también puede ser utilizada para evolucionar.
Y como estamos aquí y ahora hablando sobre la inteligencia Artificial, me gustaría hablaros del Jobs Reset Summit, evento promovido por el World Economic Forum, que se ha celebrado hace unos días, y cuyo objetivo ha sido el de analizar como podemos utilizar la tecnologías para resetear determinados puestos de trabajo tal y como los conocemos hoy en día. En el caso concreto de la Inteligencia Artificial, parece claro que esta podrá ayudarnos no solo a cambiar o mejorar nuestros procesos de negocio, sino que podría incluso ayudar a formarnos como trabajadores en esas nuevas tareas necesarias para sacarle provecho. En este artículo, se intentan reflejar los escenarios y el ciclo de vida que un proceso de este estilo debería de seguir. Parece indiscutible que los procesos de automatización continuarán creciendo y que debemos de intentar no dejar atrás, a aquellos trabajadores que hoy día no estén preparados para adaptarse a los nuevos tiempos que corren. La experiencia y creatividad son características que no podemos desaprovechar y que marcarán la diferencia en esta carrera a largo plazo.
Ahora que se acerca el momento del año en el que aprovechamos para hacer propósitos de enmienda y establecer objetivos, mi carta a los Reyes Magos, incluiría incrementar las dosis de sentido común de aquellos que tienen capacidad de tomar decisiones sobre estos cambios de modelos productivos. La disrupción, no significa romper con el pasado, sino aprovechar la experiencia acumulada, agregarle muchas dosis de creatividad y tecnología bien aplicada. Con estos ingredientes, sin ánimo de pecar de idealista, creo sinceramente que podremos aunar los retos que tenemos por delante y que se han visto incrementados por esta pandemia.